Reflexoterapia podal
La reflexología
También llamada terapia zonal, es una técnica muy antigua, desarrollada especialmente en Extremo Oriente. La reflexología confirma la relación y las conexiones entre diferentes partes del cuerpo, llegando a la conclusión de que el cuerpo entero podría verse afectado a través de los puntos de digitopuntura de los pies.
Al examinar las diversas regiones del cuerpo se descubrió que éste podía dividirse en diez secciones longitudinales (cinco en cada esquina del cuerpo) desde la cabeza a los pies. Haciendo presión sobre algunas partes de una región es posible afectar a otras partes del cuerpo. De hecho, muchos de nosotros, de forma inconsciente o automática, utilizamos la presión para aliviar nuestro propio dolor cuando nos golpeamos, por ejemplo.
Basándonos en las antiguas tradiciones, los puntos clave se encuentran en los pies, manos y cabeza, es decir, en los extremos del cuerpo, y éstos reflejan la situación de la parte interna del cuerpo. Posteriormente, se fue creando una cartografía del pie, observando sus diferentes formas y también la presencia de grietas, callosidades, pelos, exfoliaciones, etc. La experiencia hizo el resto. Se observó que la presión ejercida sobre los puntos refleja (de un órgano, por ejemplo) repercutía en el funcionamiento del propio órgano, ya sea su molestia por hipofuncionamiento o por hipofuncionamiento. Es decir, la presión sobre un punto reflejo puede representar un estímulo o sedar el funcionamiento de un órgano.
Se observaron también los diferentes modos de estímulo de un punto, en forma de círculos o con distintos grados de presión, por ejemplo, y así se fue ampliando sucesivamente la técnica experimental de la reflexoterapia podal.
La reflexoterapia nos enseña que el cuerpo es una unidad. Encontramos la misma correspondencia que en los pies en las manos, aunque la sensibilidad de los puntos es menor, y también en el pabellón auditivo (auriculoterapia), en la columna vertebral, en el iris del ojo, etc. La iridología es una buena técnica de diagnosis, pero no sirve como tratamiento. En cambio, en reflexología la presencia de callosidades, pecas, oscurecimientos, zonas rugosas, etc., y la sensibilidad sobre los diferentes puntos nos indican la forma de diagnosis, nos da la posibilidad de tratamiento.
La reflexología es básicamente una técnica energética de digitopuntura. Otras técnicas energéticas bien conocidas son la acupuntura y la magnetoterapia, entre otras. Gracias a su carácter energético puede aplicarse la reflexología en todas las dolencias del cuerpo físico y de órganos internos, tanto por disfunción alimenticia como energética (vacío o exceso); sin embargo la reflexología puede ser útil para aliviar problemas del estado de ánimo por su actuación sobre las zonas del cuerpo en las que somatizamos el conflicto. La reflexoterapia podal es una terapia de las más humildes; el terapeuta se pone «a los pies del paciente». El masaje, como cualquier otro masaje, supone un intercambio energético fruto del encuentro entre el paciente y el terapeuta. El trabajo con las manos es también un estímulo para quien lo da, y por encima de todo, es muy agradable.
La reflexoterapia podal es muy efectiva por el tratamiento de disfunciones de los órganos internos: sistema gastrointestinal, sistema urinario, menstruaciones dolorosas, sistema circulatorio, etc.